Hay un contraste claro en el comportamiento de Dios a favor de una persona orgullosa y una persona humilde. Dios quiere que le seamos fieles y sigamos con humildad su voluntad.
"¿Acaso piensan que las Escrituras no significan nada? Ellas dicen que Dios desea fervientemente que el espíritu que puso dentro de nosotros le sea fiel. Y él da gracia con generosidad. Como dicen las Escrituras: «Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes»" (Santiago 4:5-6, NTV).
"¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes", (Santiago 4:5-6, RV60).