En este episodio Melissa nos cuenta el inicio de su maternidad y el diagnóstico que la llevó a descubrir que su hija Meli tenía un Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Desde este diagnóstico, su vida y la de su familia se ha reorganizado alrededor de la condición neurológica de su hija. Pero el camino también trae felicidad, ya que los niños autistas tienen muchos talentos y son fuente de mucha alegría y amor. Un episodio para reflexionar sobre el espacio muy necesario que merecen las personas autistas en nuestra sociedad y para abrazar las diferencias.
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