En esta reflexión, la Virgen María nos dice que su presencia entre nosotros es un regalo del amor misericordioso del Padre. Nos invita a creer en el amor verdadero, que es unión con Jesús, y nos enseña que el amor abre corazones, hace crecer a Cristo en nosotros, nos da la paz y debe ser siempre nuestro único medio de defensa.