27 de agosto
Daltónico
Linda Buxa
Un hombre era daltónico desde hacía 66 años. Para su cumpleaños, su familia le regaló un par de gafas que permiten a las personas daltónicas ver los colores fieles a la realidad. Se quedó de pie, obviamente abrumado, alternando entre su antigua visión y la nueva y sin saber qué hacer con toda su emoción.
No pude evitar preguntarme si así reaccionaré cuando llegue al cielo. Tal vez abrace a mi Salvador con lágrimas en los ojos porque estoy muy feliz. O tal vez me quede allí, como si no pudiera creer lo que ven mis ojos.
Para todos los que creemos en Jesús, vivimos en la tierra viendo pero no viéndolo todo. Sabemos que somos salvados por Jesús, pero seguimos sintiendo los efectos de nuestro pecado, de la tristeza de la tierra y de los ataques de Satanás. Olvidamos que los problemas son ligeros y momentáneos, lo cual es fácil de hacer cuando estamos desanimados, ansiosos, cansados y solos. Por eso todos los días nos tomamos unos momentos para recordar que ahora no lo vemos todo claro. «Ahora vemos con opacidad, como a través de un espejo, pero en aquel día veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero en aquel día conoceré tal y como soy conocido»(1 Corintios 13:12).
El Cielo es un lugar real donde nuestro verdadero Padre celestial está preparando una habitación real para nosotros. Cuando llegue el momento, ángeles de verdad vendrán a llevarnos a nuestro verdadero hogar. Ese es el día en que, en un abrir y cerrar de ojos cegados por el pecado, verás a tu Salvador, y finalmente lo entenderás.
Oración:
Dios eterno, no nos es fácil pensar en lo eterno pues nuestra experiencia conoce lo efímero. Sin embargo en ti hay eternidad y conocimiento eterno que estará disponible para nosotros aquél día. Concédeme permanecer con perspectiva eterna mi realidad cotidiana, por Jesucristo tu Hijo. Amén.