En este episodio reflexionamos sobre la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10,25–37), una historia que nunca envejece porque revela las heridas del mundo y del corazón. A la luz de la fe redescubrimos lo que significa amar a Dios y al prójimo en una sociedad que a menudo ignora el sufrimiento. Esta reflexión desafía la indiferencia y nos invita a ver a Cristo en los olvidados: los ancianos, los solos, los deprimidos y los abandonados. Inspirada en los santos y en el Evangelio, es un llamado a la misericordia, la compasión y al testimonio cristiano auténtico.