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Nos encantaria Saber de ti y tu experiencia con palabras de Bendicion, envianos un mensaje de texto

Hoy quiero compartir con ustedes un testimonio que marco mi vida. 

una experiencia que me llevó a las puertas del quirófano para una operación de cáncer de faringe, pero que en realidad se convirtió en una oportunidad para proclamar la verdad más grande de todas.
El diagnóstico de cáncer es una prueba de fuego para cualquier persona. Mi mente se llenó de preguntas, de miedos, pero mi Fe se mantuvo firme. Llego el día de la cirugía, rodeado de un equipo médico profesional. 

Mientras me preparaba y la anestesia hacía su efecto, sentí una paz sobrenatural. Sabía que no estaba solo. En ese momento, en lugar de pensar en mi enfermedad, sentí el impulso de compartir el amor de Dios con todos los médicos del quirófano.
Y justo antes de dormirme por los efectos de la anestesia y con el corazón lleno de convicción, les dije a los médicos y enfermeras: "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna". Vi sus rostros de sorpresa, tal vez de confusión, pero pude ver en ellos un momento de profunda reflexión.


En medio de cualquier enfermedad, por más difícil que sea, nuestra fe nos recuerda que el dolor no es el fin. La enfermedad puede quitarnos nuestra salud, nuestra fuerza, pero no puede robar la esperanza que tenemos en Cristo. El versículo de Juan 3:16 es un recordatorio de que la vida eterna es un regalo, una promesa que va más allá de cualquier dolencia terrestre.


Nuestro propósito no es solo sobrevivir, sino también ser un faro de esperanza para los demás. Mi cama de hospital se convirtió en un altar, mi voz, en un instrumento para Dios. A veces, en nuestros momentos más vulnerables, es cuando nuestra luz brilla con más fuerza.
Si estás pasando por una enfermedad, te invito a aferrarte a esta promesa. No temas, porque la vida eterna ya es tuya si crees en el sacrificio de Jesús. Comparte esa esperanza con quienes te rodean. Quizás un pequeño gesto, una palabra de fe, sea el mensaje de vida que alguien necesita escuchar hoy.
Dios te Bendiga.

Palabras de Bendicion