Colombia es un país tomado por intereses particulares, los cuales sólo se sirven entre ellos mientras depredan y rapiñan a la población más vulnerable. Campesinos, población afro e indígenas fueron relegados históricamente a territorios hostiles e inexplorados por el Estado Colombiano, los cuales sólo se tornaron visibles ante la posibilidad de explotación de recursos naturales o la tenencia de tierras para la honorable industria ganadera.
Así las comunidades fueron testigos de la llegada de la guerrilla, luego los señores de la droga, acompañados de los señores de la guerra, y con un proceso sistemático de militarización y paramilitarización de los territorios, se definió quiénes son dignos para mantener la vida y quiénes deben huir de sus hogares, sumando así más de seis millones de desplazados internos que se vieron obligados a asentarse en las laderas de las principales ciudades, mientras son ignorados una vez más.
No en vano, somos el segundo país con mayor cantidad de desplazados internos por la violencia, sólo superados por Siria; seis millones de personas sin derecho asegurado a la identificación, la salud, la educación, la alimentación, la vivienda, la reunificación familiar y la generación de ingresos. Un éxodo que nació de masacres y violencia, y que luego se transformó en estigmatización, desestructuración y abandono.
Hoy la familia Palacios Palacios nos permite conocer su historia, lo cual nos da la oportunidad de centrarnos en las víctimas y no en los victimarios, en entender este flagelo como un crimen contra la vida misma que no debemos olvidar.
Material extra:
Con licencia para desplazar: http://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2015/nacion-desplazada/con-licencia-para-desplazar.pdf
Una nación desplazada: http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2015/nacion-desplazada/una-nacion-desplazada.pdf
Con sabor a fierro - Mario Mendoza: https://drive.google.com/file/d/1kqP9I7_XwXttVFKpJxAbf3rui0f5FUXZ/view?usp=sharing