Voluntad de Dios.
Como hijos de Dios, somos llamados a obedecer lo que Dios ha dejado establecido en Su Palabra. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”; entonces, resulta ser, que nuestro amor a Dios se traduce en obediencia.
Sin embargo, no siempre es fácil dejar de lado nuestros impulsos, -lo que queremos hacer o lo que queremos alcanzar-, por seguir la voluntad de Dios; porque ciertamente, abandonar nuestros planes o dejarlos en unas manos que no sean las nuestras, nos aterra.
Como creyentes, debemos reconocer que la voluntad de Dios transciende la nuestra en todos los aspectos; aprender a confiar en Su voluntad nos llevará a ver el propósito con el cual Dios nos ha creado.
Dios quiere que vivamos libres en su gran amor, cosa que solo lograremos al confiar en que sus planes.
