Colaboradores.
Aunque Dios es Todopoderoso y no necesita ayuda de nadie, Él quiere que nosotros seamos sus colaboradores aquí en la tierra.
Pero para que Dios nos tome en cuenta, debemos comenzar por ayudar a quienes están a nuestro alrededor, ser serviciales, brindar ayuda desinteresada; es decir, sin esperar nada a cambio y hacer siempre las cosas lo mejor posible, de buena gana, como si fuera para Dios y no para la gente.
