Santos.
Dios es EXTREMADAMENTE SANTO.
Santo significa sin pecado, Dios nunca hace nada malo. Él es muy, muy, muy santo… La grandeza y santidad de Dios requiere que seamos santos para estar cerca de Él. Al santificar nuestras vidas veremos a Dios obrar grandes maravillas. Así ocurrió con el pueblo de Israel en su aventura de cruzar el Río Jordán, ellos pasaron en seco, porque obedecieron a su líder Josué quién les dijo: Santifíquense, porque mañana verán al Señor hacer milagros.