Valora la Bendición de Dios.
Las bendiciones de Dios deberían ser importantes para nosotros, por lo tanto, debemos cuidarlas para nunca perderlas…
En la Biblia encontramos la historia de un chico llamado Esaú, él no le dio valor a las bendiciones que le correspondían por ser el primogénito, el hijo mayor de su papá Isaac; y se las cambió a su hermano Jacob, y cuando quiso recuperarla no pudo hacerlo.
De forma parecida, cuando nosotros desobedecemos, podemos perder las bendiciones de Dios.