
Mariano Ruperthuz, Doctor © en Psicología, Universidad de Chile/ Académico UDD.
“«En todos nosotros hay un loco»: ¿Es posible hablar de una cultura psicoanalítica en Chile a principios del siglo XX?”
Resumen: Conocido es que el psicoanálisis rebasó los límites de los círculos profesionales, para ofrecerse al gran público como una matriz de pensamiento que sirvió para interpretar la realidad cotidiana. Más allá de los deseos de Freud de que el psicoanálisis no fuera una Weltanschauung (cosmovisión), la evidencia muestra que el psicoanálisis circuló por circuitos amplios en Chile, donde –como lo el médico chileno Juan Marín en su novela Orestes y Yo (1939) – le vino a “poner nombre a todas las cosas”. El estilo de escritura de Freud - dirigida al público corriente-, el trabajo de un grupo de entusiastas difusores y la universalidad de sus conceptos, ayudó a que las categorías analíticas del freudismo impregnaran y renovaran la matriz semántica local, conformando lo que Sherry Turkle (1978) define como “cultura psicoanalítica”. Un elemento central de esta fenómeno fue la incorporación de una nueva concepción antropológica, donde la visión del “loco interior” (el ello freudiano) era parte constitutiva de todos los individuos. Es interesante, entonces, reconstruir la historia de ese costado de la recepción del psicoanálisis en Chile, el que hasta ahora aparece eclipsado por un privilegio en la mirada institucional. Campos de producción cultural como el mundo editorial, las revistas de magazine y las novelas se vieron influenciados por el psicoanálisis. Por lo tanto, el presente trabajo intenta profundizar en este hecho, buscando sus contornos y particularidades.