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Hoy, Héctor nos cuenta qué hay de bueno y de malo en trabajar desde casa. Una solución muy conveniente para iniciar nuestra actividad como formadores online.

Explica que, él por el momento, lleva casi 7 años haciéndolo desde su propio hogar. Ha compartido oficina con otra persona durante un tiempo pero, finalmente, se decantó por la opción que usa ahora. Utiliza una habitación habilitada totalmente como despacho y con espacio para tres personas que, en ciertas ocasiones, ha compartido con algún compañero de trabajo o un alumno de prácticas. 

También, menciona como es su día a día en el mismo espacio. Al no tener que realizar desplazamientos, su tiempo se puede optimizar sin tener que invertirlo en llegar o volver de una oficina. Arranca su trabajo a las 8 de la mañana y evita estar una o dos horas antes despierto para coger un transporte público o caminar hasta su lugar de trabajo. Basta con recorrer un simple pasillo 🙂 Aun con ello, procura estar un rato antes operativo para hacer otras cuestiones e ir despejando la mente antes de sentarse con el ordenador.

Nos habla sobre las normas que ha establecido para permitirle centrarse en todo lo que tiene de trabajo sin salirse del despacho, hasta que lo necesita por cuestiones razonables pero siempre procurando conciliar su vida profesional de la privada y social.

Todo esto hace referencia a que hace ya algún tiempo se implantó esta nueva forma de teletrabajo para empresas que se encuentran deslocalizadas. Esto permite a sus empleados aumentar su productividad por encontrarse en una ubicación más confortable, en muchos casos, reducir el tiempo y la exposición durante el ir y venir diario y aprovechar, en algunas ocasiones, el poder atender otras necesidades familiares que serían imposibles de no hacerlas de esta manera.

Consejos para poder trabajar desde casa

Finalmente, nos explica que el pasar un número elevado de horas en el mismo espacio puede llegar a generar una sensación de agobio que se incrementa durante los días con mayor número de horas de luz y el buen tiempo. La sensación que produce encontrarse como “encerrado” en el mismo lugar durante días tal vez llegue a suponer un problema para vosotros por no parecer un cambio de ambiente entre vuestro trabajo y vivienda. Por ello es importante marcarse unos horarios y desvincularse, todo lo que se pueda, de lo que no se realice durante el tiempo que se dedique. Como si no estuviéramos dentro de un entorno doméstico. Una práctica que Héctor realiza, con cotidianidad, es la de hacer actividades deportivas durante el final del día. ¡Probarlo, seguro que os viene genial!

Y con esto acabamos por hoy. ¿Os gustaría que habláramos más extendidamente de algún punto mencionado?

Estáis invitados a dejar vuestras opiniones, casos personales, dudas e invitaciones a un café 😉