Es un gran privilegio pertenecer al grupo de los llamados y escogidos por Dios, es una razón para dar gracias continuamente alabando y adorando al Señor nuestro Dios, tal como el apóstol Pablo nos enseña “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad” (2 Tes. 2:13)
