El segundo versículo del capítulo uno de Jonás, nos presenta el privilegio que recibe Jonás, su llamamiento a anunciar el juicio de Dios a las naciones, a manifestar la soberanía de Dios fuera de los límites del pueblo de Israel, a extender en el mundo conocido a través de una gran ciudad, la visión del Santo Dios que lo conoce absolutamente todo, que ve todo lo que ocurre, que conoce de primera mano las acciones e intenciones de cada corazón