Un día te sentí tan cerca que no hubo necesidad de salir corriendo a buscarte. Un día tu sonrisa estaba aquí, en el viento, en el cielo, en el sol… en todas partes. Un día soñé contigo y no importaron las multitudes en el metro, el cinismo de los políticos o las fallas de los delanteros de la selección mexicana.
Un día te soñé y tus brazos se adueñaron de mis silencios, y Pink Floyd sonó con más fuerza que Lady Gaga en los vagones del metro. Un día soñé que caminabas conmigo y reías toda la “tarde”.
Un día te extrañé tanto que hasta soñé que estabas conmigo…