Paseaba por la arena junto a ti,
mezclábamos nuestras huellas...
Leyendo también estaba junto a ti,
mezclábamos nuestras letras...
De la última conversación guardo un número, el 4.
Me enfadaba el hecho de que no me allanaste el camino
y, sin embargo, eso fue lo que hiciste.
Me creía perdida y fue tu pérdida la que me hizo fuerte.
Y así, sin ir,
voy de tu mano.
Cada vez que avanzo,
cada vez que leo,
cada vez que escribo,
cada vez que duermo,
y que sueño que paseo de nuevo contigo.
Te acompañé en tu partida y ahora tú,
tú viajas siempre conmigo.
Era luna llena, como hoy.
