¡Hola Pepa! Pues si, vamos a hablar hoy de las compras compulsivas, que estamos en época de rebajas y aunque es un tema que hemos tocado en el pasado, no nos vendrá nada mal hacer un recordatorio-refresco.
Pues si pepa, las estadísticas indican que en España un 40% de personas pueden hacer compras en exceso sin considerarse una patología, pero de este grupo entre un 15 y 20% puede sufrir una adicción a las compras u oniomanía. Por cierto, oniomanía es el “palabro” técnico que se utiliza para las compras compulsivas. Además, según el canal Infosalus, en la población general, esta experta destaca que la prevalencia se sitúa entre un 1 % y un 11,3 %, y se observa que es más frecuente en mujeres que en hombres.
Mira Pepa, te paso una definición de la psicóloga Consuelo Tomás que me ha parecido bastante completa y acertada: “La adicción a las compras se caracteriza porque la persona compra de manera compulsiva y descontrolada. Son consumos no planificados, mayoritariamente de objetos que no son necesarios ni útiles y cuyas consecuencias pueden ser nefastas. A veces, gastan más de lo que tienen pudiendo dar lugar a endeudamientos y, en algunos casos, la ruina no solo en el ámbito económico”. Además, el proceso de compra y el acto en sí, se convierte en eje de la vida de la persona afectando negativamente en todas las áreas: social, familiar, laboral, de pareja, etc.”
Si detectamos -o nuestros seres queridos nos están indicando que tenemos un problema- sería muy recomendable acudir a un profesional de la psicología, para que nos ayudara a identificar elementos disparadores de la conducta, así como factores contenedores. Una vez sabemos cómo está funcionando nuestro trastorno, podemos llevar a cabo técnicas para controlar los impulsos de compra (distracción, relajación…), con el objetivo de reaprender a comprar de una manera más sana y funcional.
Pues Pepa, podéis encontrarme en
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