
Hoy han sonado las campanas durante la madrugada en Villaviciosa. Durarán 72 horas. La muerte se cierne, llega, pero se va. Hoy el día amaneció con la muerte en el centro. Las hormigas mueren como si fuese invierno. Las hormigas mueren y nadie sabe por qué. Tornados y tolvaneras se escapan de las dunas e inundan de arena los ojos, las uñas y el aliento de todos los animales. La muerte encara una catastrofe. Las hormigas siguen muriendo como soldados en el corazón de una selva, en una guerra olvidada.