
Nunca llega la calma. La redención del polvo en el desierto es un instante de cielo que se rompe. El ruido undoso de la tarde en que las volutas de arena se crispan con la luz, el ruido nace, se desarrolla, crece, incendia el aire con un temblor verde de arrullo matutino o undÃvago o transparente. Algo amenaza tras la arena, en los ecos del aire del desierto, voces que llegan de la costa con olor de sal.
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El cuitado juntamente/la claridad contempla/el ruido siente/pensar en el dolor de ser vencida/la sangre alguna vez le calentaba/mas el mismo temor se la enfriaba.
Garcilaso de la Vega
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(la pintura es de Daniel Lezama)