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Description

La paz es la perfección de la alegría. No podemos permanecer toda la vida en el Tabor. Hemos de bajar al trajín diario, con sus altibajos, sus crisis y problemas, su dolor y angustia. Hay ratos y etapas en que la alegría queda velada. Pero la paz siempre es posible: la serenidad del alma, reflejada en la compostura del cuerpo y el rostro en paz. Reconciliación total de alma y cuerpo con todo lo que existe.