Tema: Sabia que
Texto: Jonás 4:2-3
Introducción
Cada día que pasa vemos más y más personas que tienen la capacidad de caminar por la vida cristiana sabiendo lo que Dios desea, lo que Dios ordena, pero actuando completamente opuestos a ese pensamiento y dirección de Dios. ¿Existirá algo que justifique o explique el porqué de este comportamiento?
O.T Veamos cual es el problema de saber y no querer reconocer
1. Saber y no reconocer nos hace caminar en sentido opuesto a Dios.
“Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida” Jonás 4:2-3
a. ¿Estamos dispuestos a obedecer cuando lo que sucederá no te agrada?
b. El saber no implica que estemos de acuerdo con las situaciones.
c. El saber no implica que tomemos la mejor decisión.
2. Saber y no reconocer nos hace siervos negligentes.
“Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí”. Mateo 25:26
a. El saber no nos acerca a la voluntad de Dios.
b. La biblia declara en Santiago 4:17 “el que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es contado por pecado” ¿Lo sabemos? Si, ¿Lo aplicamos? Esa es la pregunta importante.
c. El conocimiento nos hace entender pero solo la relación con Dios nos hará actuar.
3. Saber y no reconocer nos hace perder la sensibilidad espiritual.
“Y le dijo: !!Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él” Jueces 16:20
a. El saber puede ir colocando poco a poco nuestro discernimiento espiritual en un cajón oscuro.
b. El saber nos hace muchas veces consciente o inconscientemente con lo santo.
c. El saber nos hace jugar peligrosamente al filo de los riesgos espirituales.
Conclusión
¿Estás dispuesto a caminar por el camino de Dios aunque no estés de acuerdo?
¿Estás listo para hacer lo que Dios te pida sin poner excusas en tu vida?
¿Estás verdaderamente seguro que la presencia de Dios no se ha diluido o apartado en tu vida?