Camila Riva bucea en su memoria, pelea con sus olvidos para intentar dar cuenta de esa infancia del 2001 que transcurre con el asesinato de su padre Gastón Riva. Aceptó regalarme esta memoria íntima para también poder ver con esos ojos de niña cómo fue crecer en una democracia de baja intensidad, donde el Estado con su aparato represivo le quitó a su protector, le arrebató a su papá.