Perdonar y Olvidar
"Entonces se le acercó Pedro y le dijo. Señor, cuantas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete. (Mateo 18.21 22).
"Perdonar" es la palabra que yo llamo la palabra de vida, en la Biblia se usa más de 100 veces y es la clave que nos proporciona la "SALUD" completa de la vida física moral y espiritual. Es la única acción en el universo que supera y vence al rencor que como el orgullo es un animal ficticio que no tiene olor, cuerpo o visibilidad real pero que está en todos nosotros y despierta en nosotros la fiera del egoísmo que produce hijos destructivos tan variados y viles que nos debe de dar temor soltarlos. Sin embargo son las actitudes del carácter más usadas y menos temidas del hombre.
Una cosa es evidente. El que de corazón perdona, ama. El que no ama, aunque perdona, no olvida, de modo que su perdón llega a ser una actuación superficial, insincera, deshonesta – un juego con emociones ajenas. Cuando Jesús perdonaba, la ofensa se echaba al olvido; y así ha de ser entre los cristianos verdaderos.
La Biblia dice que todos ofendemos en muchas cosas. Es preciso esforzarnos por llevar una vida mejor. Sin embargo, por nuestra naturaleza humana, débil e inconstante, debemos considerar el pecado – el nuestro y el de otras personas.
¿Perdonar? yo? Debe estar bromeando!
Todos reaccionamos en diferentes formas a la necesidad de enfrentarnos al perdón:
1. Unos la desechan pensando para sus adentros: "Otra vez la misma canción. Ya la he oído miles de veces. Lo único que me faltaba, otro de esos dichos cristianos: "Es fácil perdonar y después olvidar y vivir felices para siempre".
2. Otros afinan sus oídos con más ahínco deseando con todo su corazón resolver su miseria de vida tan llena de rencor y busca con toda la pasión salirse del callejón de amargura pensando que no tiene salida.
3. Otros, ¿Perdonar? ¿Yo? Si es la única razón por la cual yo he subsistido, respirado, por esto me he hecho rico por no querer ser como el miserable de mi padre que fue flojo y nos pasó por las calles de la miseria y la pobreza! Prefiero morir que perdonar!" Si estas palabras describen su reacción, entonces tal vez logre su deseo. El rencor que lleva dentro puede matarlo.
¿Cuál es su reacción?
"Perdonar" es una palabra multifacética. Se parece a un diamante de muchas caras que refleja los rayos de luz convirtiéndolos en un arco iris do colores; contiene una gran cantidad de aspectos que pueden percibirse desde distintos puntos de vista. Y no es para el Hijo de Dios una acción imposible de aplicar! "Todo lo puedo en Cristo!"
Un Pecado Secreto
Un pastor en las islas Filipinas, muy querido por su iglesia y su pueblo cargaba por muchos años una carga secreta de un pecado que había cometido muchos años atrás. Ya se había arrepentido y confesado ante Dios pero no tenía paz en su corazón, no sentía que Dios lo había perdonado. En su iglesia había una mujer que tenía la fama de ser muy devota a Dios y ocasionalmente tenía sueños o visiones que Dios le daba. El pastor por un lado no estaba muy convencido y para probar su genuinidad un día le dijo: "La próxima vez que Dios te visite, pregúntale cual es mi pecado secreto que no me da paz en mi corazón a pesar de que lo he confesado a Dios." Unos meses después lo visitó la mujer y le dijo "anoche Dios me hablo!" "¿Y le preguntó de mi pecado secreto del pasado?" "si" respondió "¿y qué le dijo Dios?" contestó: "Me dijo !No me acuerdo!" Lo que Dios perdona El lo olvida!
I. ¿Qué es Perdonar? Perdonar es un privilegio- "borrón y cuenta nueva"
(Efesios 4:32)
Pablo escribió: "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo". ¿C6mo nos perdonó Dios? Borró completamente el libro donde estaban nuestros pecados y ya no nos acusa por ellos.
Cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador, inmediatamente echó "en lo profundo del mar todos nuestros pecados" (Miqueas 7:19). Por su parte, David declaró: "Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones" (Salmos 103:12).
¿Por qué usó David la frase "el oriente del occidente", en vez de "el norte del sur"? La distancia que hay entre el Polo Norte y el Sur es exacta y medible. Por el contrario, nadie puede determinar dónde empieza el este y dónde termina el oeste. Existe una distancia infinita e inmensurable entre los dos! ¿Entiende lo que esto significa? Dios nos separó de todos nuestros pecados en forma total. De la misma manera, nos manda que hagamos lo mismo y borremos el libro donde apuntamos las ofensas de otros hacia nosotros!
Si perdonar equivale a olvidar, debemos tratar a nuestros semejantes con sinceridad y amor. Sobre todo, cuando uno viene a nosotros y dice, “perdóname por la ofensa”, hemos de perdonar de todo corazón. En Mateo 18:35 dice Jesús: “Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano.” Es una hipocresía abominable cuando un cristiano dice “te perdono”, pero continuamente se acuerda del mal que se le ha hecho. Debemos ordenar nuestra mente y andar en la verdad de Cristo. Si no lo hacemos, seremos guiados por nuestra concupiscencia, y una vida así nos llevará al error y al pecado.
Mateo 18:22 Ahora bien, ¿cuántas veces perdona Jesús las ofensas de los hombres? Escuchémosle otra vez: “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”
Pedro, como buen judío, pensó en el número siete, tomándolo como señal imaginaria, a su interpretación, como una medida perfecta para perdonar ofensas. “Hasta siete veces.” Eso era muy generoso para el judío más dedicado y entregado a las leyes Hebraicas. Jesús revolucionó ese pensamiento al contestar “no”, sino “hasta setenta veces siete.” Si esta respuesta de Cristo fuese una simple tarea de multiplicación, llegaríamos nuevamente a un límite y Jesús se habría contradicho. Setenta por siete son 490. ¿Y cuando el hombre peque 491 veces ya no hay perdón? Vemos que esa suma no sale.
En Lucas 17:3-4 dice la Escritura: “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndelo; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y si siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” Nuevamente la indicación con el número siete, una idea judía. Bueno, si siete veces pecare al día, u ocho veces, o doscientas veces, PERDONALE, si se arrepiente. “Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas” (Mateo 18:35) ¿Acaso hay limitación en este texto? Jesús enseña que debemos perdonar siempre, todas las veces que el hermano se arrepiente. Multipliquemos lo que Cristo decía “setenta veces siete” en la forma de siete por siete, y el resultado de esta multiplicación por siete; y el resultado de esa multiplicación por siete – hasta completar setenta multiplicaciones – usted obtendrá un número que posiblemente no podrá leer.
7x7=49x7=343x7=2401
2401x7=16807x7=117649x7= “Un número de veces ilimitado”
No hemos multiplicado más que cinco veces; aún faltan 65 multiplicaciones de cada resultado. Siga usted adelante. Le deseo mucho entretenimiento. Pero fíjese bien en el número tan largo que obtendrá como resultado final. ¿Tantas veces debemos perdonar?
Dios nos ha perdonado TODAS nuestras culpas, y está dispuesto a seguir PERDONÁNDONOS, si se lo pedimos (Mateo 18:24-27) ¿Cómo puede haber cristianos tan insensatos que quisieran limitar el perdón, ignorando que estarían cavando su propia tumba? (Mateo 18:28-34)
Escuchemos de nuevo a Jesús: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9) No hay ninguna limitación.
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada” (Mateo 12:31) Aquí hace Cristo una sola excepción a cuanto pecados que Él no perdonaría “la blasfemia contra el Espíritu.” Pero dice que TODO pecado y blasfemias serán perdonados. Y en este espíritu de perdón, debemos actuar. “La blasfemia contra el Espíritu”, ¿será el rechazar a Cristo por la incredulidad? Lo que sea, esta excepción se reservó el Señor para sí mismo, y no tiene nada que ver con los hombres entre sí.
¿Qué sentido tendría el siguiente texto, si nuestro perdonar estuviese limitado?, “y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12)
“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quién se le perdona poco, poco ama” (Lucas 7:47) ¿No es este el problema de muchos, “que aman poco”?
Jesús en la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno para que también nuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” (Marcos 11:25) Es una hipocresía orar a Dios y pedirle que nos perdone, cuando a la vez no queremos antes perdonar las ofensas que los hombres nos han hecho. Es tiempo que mostremos madurez. Pablo dice finalmente: “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:12) “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (Colosenses 3:14)
El que guarda rencor no solo daña a otros, sino, en primer lugar, así mismo. Y lo hace en doble manera: se daña a si mismo por cuanto pone toda la amargura del rencor en su propia alma, destrozándose psicológicamente, y enfermando su espíritu que se llena del veneno amargo de la maldad; y se daña a si mismo por cuanto Dios le rechaza hasta que deponga tal actitud anticristiana.
El perdón une a los hombres; el guardar rencor los distancia. El perdón sana las heridas del alma, nos alivia en nuestras emociones y nos hace sentir bien, pues ya no hay nada que nos acuse porque hemos perdonado como Dios en Cristo nos ha perdonado a nosotros.
II. ¿Que Ofrece el Perdón? Perdonar es un antídoto- Ofrece Propósito, Carácter, Solución, Visión y Libertad!
A. Perdonar es darse cuenta de que Dios usa nuestra aflicción para cumplir sus propósitos (Génesis 50:20)
¿Que personaje Bíblico escogería usted que tuviera motivos suficientes como Para desarrollar raíces de amargura? Tengo en mente a varios. Por ejemplo, Tamar se vio forzada a tener una relación incestuosa (Génesis 38). Noemí soportó una hambruna, perdió su casa, su marido y dos hijos. Hasta se cambió el nombre a Mara, que significa "amargura!' (Ruth 1:20). Sin embargo, me llama más la atención de la vida de un joven llamado José (Génesis 39).
A la edad de 17 años, José vio con horror que sus diez hermanos se volvían contra é1. Impulsados por los celos, lo vendieron como esclavo. Mintieron a su padre Jacob diciéndole que un animal salvaje lo había atacado y matado. Sonrientes, escondiéndole el secreto que una banda de ismaelitas lo hiciera esclavo, forzándolo a vivir en un país extranjero.
1)-Separado de su familia y amigos, viviendo a cientos de kilómetros, sin escapar.
2)-José vivió años de agonizante soledad.
3)-Enfrentó las oleadas de seducción que la esposa de su amo lanzó contra él.
4)-Fue sentenciado a prisión por causa de una tremenda, acusación.
-José sufrió la separación de su familia y su herencia durante trece años!
Por un momento, póngase en su lugar. ¿Que provocaría más la raíz de amargura que lo podría afectar?
1)-Sus hermanos, por haberle vendido.
2)-Su padre, por haberle preferido, preparando así el escenario de sufrimiento.
3)-La mujer que puso su mirada lujuriosa en é1.
4)-Su amo por creer en su mentira.
5)-Su Dios, quien es en verdad poderoso para evitar que todo esto sucediera.
Pero después de una serie de dramáticos sucesos, José vivió Para ver el día en que salió de la prisión, fue promovido al puesto del segundo hombre más poderoso de Egipto y pudo reunirse con sus hermanos. Tenía en las manos la oportunidad de vengarse de todos.
José pudo haber hecho arrestar a sus hermanos, Pero no lo hizo. Pudo haber ordenado que los azotaran, Pero se negó a hacerlo. Pudo haberlos ejecutado, Pero se resistió a ello. Ellos temblaban cuando se presentaron ante é1.
El relato Bíblico describe con precisión las circunstancias que rodearon a las treinta y tres palabras más radicales que jamás se hayan pronunciado en la historia humana. ¿Qué hubiera usted dicho después de trece años de esperar y soñar con este momento? "Y les respondió José: "No temáis; acaso estoy yo en el lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encamino a bien, para hacer lo que vemos hoy, Para mantener en vida a mucho pueblo" (Génesis 50:19 20.)
Cuando estaba pasando por la situación desesperada, José no tenía ni la más remota idea de que Dios estaba controlando la maligna intención de los hombres Para cumplir sus propósitos eternos. Gracias a é1, pudo honrar a naciones enteras de las garras de siete años de hambruna. No sería exagerado decir que tal vez ni usted ni yo estaríamos aquí si José no hubiera sido vendido como esclavo. Pero lo que el hombre hace por maldad, Dios siempre lo usa Para bien.
¿Es verdad que Dios siempre usa la maldad del hombre Para bien? ¿Qué del caso en que el dolor envuelve a a1guien a causa del trágico abuso sexual?
1. Una vez más, recuerde la historia de Tamar. Aunque fue víctima de incesto, siempre perteneció a la genealogía de Jesucristo como ejemplo perfecto de la gracia. Divina, (Mateo 1:3). Asombroso! Pasado el tiempo, Jesús mismo provino de una relación incestuosa! Lo que el hombre hace por maldad, Dios siempre lo usa para bien.
2. Noemí estaba tan amargada, que cambió su nombre por Mara. En ese entonces, no se imaginaba que algún día estrecharía a un niño en sus brazos. "Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su haya. Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed" (Rut 4:16 17). ¿Sabe dónde se vuelve a mencionar a Obed y a su nieto David? La genealogía de Jesús revela este sorprendente hecho: "Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David..." (Mateo 1:5 6). Dios usó las
penosas circunstancias de una mujer llamada "Amargura" para enviar al Salvador del mundo! Lo que el hombre hace por maldad, Dios siempre lo usa para bien.
José: Por años, trece para ser exactos, José no tuvo ni idea del final que tendrían las circunstancias por las que estaba pasando. Su cuerpo estaba en la cárcel y sus emociones confinadas en la prisi6n de su propia mente. Estoy seguro que pasó muchas noches angustiosas, tendido en el oscuro y húmedo calabozo haciéndose la pregunta más profunda que pueda enfrentar el ser humano: "¿Por qué? ‘Algunas veces pasan años para que la respuesta llegue. Pero podemos estar seguros de que hay una respuesta!
Tamar: nunca supo el resultado de la indignidad sufrida. Nunca tuvo una copia del evangelio de Mateo en sus manos, ni leyó la genealogía de Jesús, ni supo el destino final de sus dos hijos. Fue víctima de una acción innoble sin razón aparente. Igual pasó con el anciano Job, quien jamás tuvo una copia del libro de Job para que lo alentara, en medio de su pérdida.
Noemí: ¿Que emociones embargaban el corazón de Noemí cuando estrechaba en sus brazos su hermoso paquete de gozo? Años de intensa confusión precedieron a esos grandiosos momentos. Muchos años.
B. Perdonar es comprender que Dios usará a quienes nos lastiman para su propósito de formar nuestro carácter (Hebreos 5:8)
Podemos aprender tanto de los malos ejemplos como de los buenos. No importa lo que experimentemos en la vida, los acontecimientos pueden amargarnos o hacernos mejores.
Una Carta del Campo de Concentración Nazi de Auschwitz
"Dios mío, recuerda no solamente los hombres de buena voluntad, sino también aquellos de mala voluntad. Por favor no recuerdes todo el sufrimiento que ellos nos han causado, ni la maldad de sus acciones aquí. Te pido que recuerdes los frutos que han nacido por nuestro sufrimiento- Nuestro compañerismo, nuestra lealtad entre nosotros, nuestra humildad, nuestro valor, nuestra generosidad, y la grandeza de los corazones que han manado de estas duras pruebas. Cuando nuestros perseguidores sean juzgados por ti, permite que todos estos frutos que hemos producido del sufrimiento sean su perdón."
(Una carta encontrada en el pantalón de un joven judío que falleció gasificado)
El Señor Jesús aprendió la obediencia a través del sufrimiento (Hebreos 5:8). También nosotros podemos hacerlo. La basé de mis convicciones acerca de la santidad del hogar, lo sagrado del matrimonio, la dignidad de la vida humana, la autoridad de la Palabra de Dios, el señorío de Jesucristo, la prioridad de la obediencia contra la rebelión y la importancia esencial de servir a otros, puede encontrarse en los sufrimientos de cada uno de nosotros.
Aquí esta una paradoja increíble: Aquellos que creemos que están arruinando nuestra vida, en realidad están contribuyendo a desarrollarnos como individuos. Qué Dios tan poderoso tenemos, que puede tomar los pedazos de una vida rota y unirlos de tal forma que parezcan un hermoso tapiz que cumple su propósito, que está hecho Para su gloria!
C. El perdón es ver nuestro sufrimiento como producto de los conflictos no resueltos de quien nos lastima (Hechos 7:59 60)
"Las armas no matan, quienes matan son las personas" Nunca antes como ahora, había sido tan fiera la lucha de la delincuencia en México. No importa lo que usted piense de este asunto, lo que refleja es un hecho incontrovertible: algo esta tremendamente mal en la raza humana. Los teólogos la llaman "depravación". La Biblia dice: "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9) Como consecuencia, la gente mata a otros, tanto emocional como físicamente. Y como usted bien sabe, a veces nuestras cicatrices emocionales son más profundas y penosas que cualquier sufrimiento físico.
Reaccionamos a los ataques de la gente en alguna de las dos formas siguientes:
1).Concentrándonos en nuestro dolor y buscando venganza, o
2)-usando nuestras heridas Para recordar que la gente que nos ha dañado tiene conflictos muy profundos sin resolver también y podemos serles de bendición.
Thomas Edison
Un día trabajaba en un invento Nuevo llamado el "foco de luz" su equipo se tardó 24 horas de trabajo para poder armarlo para la prueba. Cuando Thomas Edison terminó le dijo a un joven muy Nuevo y nervioso de su equipo que lo llevara al Segundo piso donde se iba a probar. El joven alagado por el gran privilegio pero más nervioso que nunca la cargo, y casi llegando al último escalón se le cayó rompiéndose en mil pedazos. El equipo decidió volver a dedicar otras 24 horas para volver a armar el Segundo foco. Habiendo terminado, se sorprendieron y petrificaron cuando Thomas volvió a llamar al mismo joven Nuevo y nervioso para volver a cargarlo al Segundo piso. Esta vez el joven llegó sin problemas y con infinito agradecimiento que su maestro le había dado otra oportunidad. Eso se llama Perdón!
Jesús sabia esto: "Y Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen "(Lucas 23:34).
Mientras agonizaba, Esteban exclamó: "...Señor, no les tomes en cuenta este pecado..." (Hechos 7:60). El siguiente versículo es igualmente poderoso: "Y Saulo consentía en su muerte" (8: 1). En el capítulo siguiente, este mismo Saulo, perseguidor, asesino y cazador empedernido de los cristianos, cayó en tierra en el camino a Damasco y rindió su vida a Jesucristo. ¿Qué ocasiono' la transformación de su corazón endurecido? Sin duda, la semilla del evangelio quedó sembrada en su alma aquel fatídico día en que observó morir a un hombre que no concentró su atención en su dolor personal, sino en la necesidad de sus asesinos.
D. El perdón es poner nuestra mirada en el reino celestial de bendici6n en lugar del reino terrenal de sufrimiento (Romanos 8:23)
Los humanos nos caracterizamos por querer aferrarnos a nuestras pertenencias. ¿Cómo es posible que nosotros, gente caída, viviendo en un planeta caído, podamos sentirnos tan a gusto en él? Sin embargo, cada día que pasa, Parece que Profundizamos más las raíces de nuestra vida en la existencia terrenal.
Las Escrituras nos amonestan de manera clara: "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Colosenses 3:1 2).
Pero a pesar de tales mandatos, el fuego de nuestra consagración parece apagarse si afecta nuestra comodidad presente. Mi pasión por Dios flaquea, mi corazón se empieza a aficionar a otras cosas, las cuales no pueden darme felicidad completa. ¿Suena familiar? ¿De dónde obtendremos el antídoto para este problema? Tal vez de quienes menos lo esperaríamos, de aquellos que nos han herido profundamente.
Nada destruye tan rápido, nuestra afición a las cosas materiales como una buena dosis de dolor. El sufrimiento fortalece el vigor espiritual mucho mejor que cualquier otro aspecto que conozco.
Cuando nos llega la pena, con frecuencia buscamos consuelo en el versículo de Romanos 8:28: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien..."
Romanos 8:22 dice: "Porque sabemos; que toda la creación gime a una, y a una está en dolores de parto hasta ahora". ¿Cómo se entiende esto? La vida es dolorosa. Toda la creación sufre debido al universo maldecido por el pecado. Lo mismo sucede con nosotros. Pablo continúa diciendo: "y no solo ella, sino que también nosotros mismos,...también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo".
El legado final de un cristiano se puede resumir en seis palabras: "gemimos dentro de nosotros mismos, esperando..." hasta que llegue el día glorioso en que Cristo nos redima por completo como suyos en su reino.
El grito de esperanza: "Tal vez sea hoy!" debería ser la primera frase que viniera a nuestra mente cada mañana al levantarnos.
El dolor marca nuestra esperanza en ello. El sufrimiento personal en verdad nos hace poner "la mira en las cosas de arriba", en el único lugar donde se puede encontrar la felicidad completa. Y con mucha frecuencia, tal dolor es provocado por a1guien que con facilidad podemos llegar a odiar, y muchas veces termina siendo el marido la esposa los hijos los padres, etc. Los que más amamos desde un principio.
Todos; esperamos aquel día en que la trompeta suene y Jesucristo nos lleve con é1. Gracias a Dios que permite que los vientos de adversidad ataquen periódicamente a las atracciones mundanas!
Usted es un blanco. La próxima vez que experimente un ataque personal, recuerde el cuadro mismo. Reconozca la identidad real del enemigo. En vez de despreciar a quien le hiere, interceda por él, pidiendo a Dios que rompa las ataduras de Satanás que hay en su vida. Só1o tomando el "escudo de la fe" podría "apagar todos los dardos de fuego del maligno" (Efesios 6:16).
El perdón nos recuerda que el rencor nos pone en una posición reservada sólo para Dios (Romanos 12:17 21)
Es un hecho, que la gente es rencorosa porque así lo quiere ser. Nadie puede dictar sus actitudes. Cada uno escoge cuáles serán sus reacciones en cada situación. Tal vez las mismas sensaciones se van anidando en su corazón. Como un puño cerrado, usted ha clausurado su corazón contra quien le hizo daño. Aunque estas reacciones son comprensibles, también son una grave amenaza contra usted.
Mi Señor me taladró mi corazón un día. Cuando leí lo siguiente: “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: dura es la venganza, yo pagare', dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonaras sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal." (Romanos 12:17 21).
III. Una aplicación eterna- La necesidad más apremiante del hombre!
Si Nuestra necesidad apremiante hubiere sido información, Dios nos hubiere mandado a un educador. Si nuestra necesidad más apremiante hubiere sido tecnología, Dios nos hubiera mandado a un científico. Si nuestra necesidad apremiante hubiere sido dinero, Dios nos hubiere mandado un economista. Si nuestra necesidad más apremiante hubiere sido placer Dios nos hubiere mandado un actor principal. Pero nuestra necesidad más apremiante es el perdón, entonces Dios nos mandó a El Salvador!
Ahora, que usted ya ha entendido el concepto del perdón en todo su magnífico esplendor, permítame, hacerle una serie de preguntas personales muy importantes:
¿Ha recibido en forma personal el perdón de Dios por todo lo que ha hecho para ofenderlo? ¿Puede recordar el momento de su vida en que se dio cuenta de que había sido rebelde a un Dios infinitamente santo, y que lo había ofendido? (Romanos 3:23) ¿Admitió que no hay absolutamente nada, que usted pueda, hacer para ser aceptable delante de él? (Mateo 5:48) ¿Ha pedido a Cristo Jesús que entre a su vida y la controle? (Juan 1: 12)
Cristo murió y derramo su sangre por usted. En la cruz pagó por el castigo que usted merecía por sus pecados. Si nunca, ha entregado su vida, al Señor Jesús, o si no está seguro de que lo ha hecho, ¿por qué no arregla este, asunto de una vez por todas? Ahora mismo, haga esta, oración:
Señor Jesús, me doy cuenta de lo desesperadamente que te necesito. Admito que he vivido en rebeldía y que te he ofendido y herido. Estoy arrepentido de las veces en que te desobedecí. Te invito a que entres a mi vida, que perdones mis pecados y tomes el control de ella. Gracias porque me permites encontrar en ti a la, persona con quien puedo contar para, siempre. Amen.
Habiendo experimentado el perdón divino, ¿no es lógico que usted perdone a quienes lo han herido? Jesucristo, dijo: "Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para, que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas" (Marcos 11:25)