Sembrando Memoria: El individuo aparece fragilizado por falta de recursos materiales y protecciones colectivas que en ciertos sectores se transforma directamente en desafiliación o exclusión social. Están “a la intemperie”, según la expresión de Duschatzky. Los problemas sociales pasan a ser comprendidos como problemáticas individuales, que redunda en mecanismos de culpabilización de las víctimas. Por ejemplo, el adolescente excluido es culpabilizado por su exclusión, como si fuera producto de su decisión personal y no una consecuencia del modelo social. Los derechos se esfuman como bien social, y se impone un imaginario social que considera que los derechos más “individuales” –como la propiedad y la seguridad- son prioritarios a derechos colectivos como la educación y la salud. Perla Zelmanovich, una psicoanalista dedicada a la educación, dice que “Dar amparo” tiene que ver con instalar una red de significaciones ante una realidad inexplicable que proteja, resguarde y posibilite el acceso a la sociedad y la cultura.
Pero cuando hablamos de INCLUSIÓN, no sólo podemos hacerlo sobre niños, jóvenes y mujeres, sino también sobre los que padecen sida, los que padecen alguna discapacidad, en definitiva los más variados órdenes de la vida presentan situaciones de exclusión que sólo puede solucionarse con la toma de conciencia de la sociedad y con decisiones políticas comprometidas con los más débiles.