Más allá de todo lo que se puede llegar a decir y analizar de la mitificación de nuestros próceres, algo que queda en claro es que para que el mito no prevalezca se debe presentar a nuestros próceres como lo que realmente fueron: personas comunes, con ideas propias y que, a su manera, pusieron todo su esfuerzo en el momento histórico que les tocó vivir, en un contexto determinado, para llevar adelante su proyecto de país, ese mismo país que tenemos que construir nosotros, seres tan comunes como aquellos próceres.