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Juntos otra vez…
El escenario: el complejo turístico de Chapadmalal. Una carpa imponente se despliega frente al hotel siete, para reunir durante quince días a más de doce mil jóvenes y dos mil docentes y coordinadores. Juntos otra vez: con este lema, la CPM realiza el encuentro de fin de año del programa Jóvenes y Memoria, recordamos para el futuro.
Los jóvenes que participarán del encuentro trabajaron durante todo el año 2014 en proyectos de investigación sobre la situación de los derechos humanos en sus ciudades, pueblos, barrios, y escuelas. Este año fueron alrededor de mil los proyectos presentados, que en los próximos días serán historias contadas desde una perspectiva joven.
Una agenda amplia de temas vinculados con las vivencias diarias de los jóvenes compone el mapa de relatos que se exponen a lo largo del encuentro. Violencias, políticas, economía e identidades, son las grandes áreas en las que cada proyecto aporta su historia particular, esa que se hace en el barrio, con los vecinos.
Así se teje una trama densa de problemas, conflictos, ideas y apuestas, en la que el reconocimiento de la vulneración de los derechos va acompañado por una voluntad transformadora que empuja con la fuerza nueva de los miles y miles.
En este sentido, la directora general de áreas de la CPM, Sandra Raggio, expresó que “el Programa Jóvenes y memoria es un espacio de expresión de los jóvenes, si los escuchamos con atención tendremos la agenda política de hoy. En cada proyecto se identifican las problemáticas salientes de cada comunidad, se indagan sobre las razones por las que pasan y se piensan los modos de resolverlas. Los 12000 jóvenes que se reunirán en Chapadmalal interpelan a las instituciones, al Estado, a la comunidad. Quien quiera oír que oiga, y ojalá sean muchos, porque sin duda eso haría mejor nuestro presente y más pleno nuestro futuro. Confiamos en que estos 12000 sean voceros que amplifiquen sus voces”.
Los jóvenes lo repiten año tras año: para entender Chapa, hay que venir a vivirlo. Porque no se puede contar tanta emoción, tanto rato compartido y trabajo comprometido. Chapa respira amor y política. Algunos dicen que es una especie de micro clima. Pero otros muchos sienten que en Chapa los jóvenes inventan nuevos modos de ser y estar juntos, y sueñan con que ése es el mundo posible.