Listen

Description

Sin memoria no habría propuestas utópicas de justicia. La memoria no es sólo memoria individual, sino ineludiblemente también colectiva y nos excede ampliamente en el tiempo. La memoria de lo padecido reclama justicia. Y justicia no es sólo castigo a culpables, sino aportes que permitan reconstruir lo ya perdido. En realidad, la reparación exige, para ser tal, mucho más que ansias de retorno o recuperación. Es construcción de lo nuevo, que nunca lo es total y absolutamente. Y aquí entra la utopía, la que estamos entendiendo, muy lejos de una visión paradisíaca y ficticia, como una exigencia de resolución alternativa y de construcción propositiva de una realidad que aparece a primera vista como insuperable e inmodificable. Difícil de modificar, sí. Inmodificable, sólo si nos resignamos. La utopía nos impulsa a probar, a arriesgar la construcción de inéditos intentándolo.
Podemos aprovechar conocimientos generados en nuestro propio discurrir histórico. Los dóndes se van esclareciendo poco a poco. Los cuándos aparecen claramente relacionados con tres instancias de la temporalidad: pasado-memoria, futuro-justicia, presente-utopía. Es siempre desde el presente que se reconstruye historiográficamente el pasado y se trabaja en la construcción de un futuro auténticamente alternativo. Porque sólo hay presente, aunque –digámoslo así- dispongamos de pasados y futuros para reconstruirlos y proyectarlos respectivamente.