Gila nació en el barrio madrileño de Chamberí. Huérfano de padre a temprana edad y con dificultades económicas en su hogar, abandonó los estudios a los 13 años. Su primer trabajo fue de pintor de coches. Retomó sus estudios hasta el segundo grado de aprendiz de mecánica de aviación, y trabajó en los Talleres Elizalde de Barcelona. Posteriormente fue fresador en Construcciones Aeronáuticas SA (CASA), en Getafe.
Al estallar la Guerra Civil, como militante de las Juventudes Socialistas Unificadas se alistó como voluntario en julio de 1936 en el Quinto Regimiento de Líster.
En Valsequillo (Córdoba) fue puesto frente a un pelotón de ejecución y logró salvar la vida. El fusilamiento se produjo al anochecer de un día lluvioso y los integrantes del piquete estaban borrachos, por lo que no le acertaron los disparos. Gila se hizo el muerto y logró sobrevivir.
Poco después, en diciembre de 1938, fue hecho prisionero e internado hasta mayo de 1939 en un campo de prisioneros, donde coincidió con el poeta Miguel Hernández. Pasó después por los penales de Yeserías, Carabanchel y Torrijos, y a continuación cumplió un servicio militar de cuatro años.