El Círculo de Iena (Jena), o primer romanticismo alemán, se constituyó entre 1797 y 1802. Los grandes representantes de este movimiento se caracterizan por la búsqueda de la reflexión a través de la literatura generando así una importante renovación estética y teórica. La filosofía de Kant tuvo supuso sin duda un punto de anclaje para autores como Schiller, Fichte, Schelling y los hermanos Schlegel. En la línea de lo que implica el movimiento romántico también en otros países (Francia, Inglaterra) también aquí se produce una profunda reflexión entre la dicotomía de cultura y naturaleza y se encuentra en el arte el camino para recuperar la esencia perdida.