Llega el día de debut ante el recién ascendido Mirandés. No hay trabas ni argumentos para no estar este sábado en el Nuevo Colombino que estrena césped. El aspecto en la mañana de hoy era extraordinario. En tiempo record se ha implantado la hierba para que el balón ruede y de esa forma veamos buen fútbol si la teoría se extiende sobre la práctica.
Estará muy lindo el Colombino y espero que lindo sea el fútbol que se practique, dado que desde la marcha de Marcelino, no nos emociona este Recre.
La semana ha transcurrido con la incorporación a la plantilla de Alexander, tras la petición de Sergi y las dudas que ofrecía el brasileño que vendría. Las opciones del delantero pasan ahora por Europa. Media España quiere un goleador y pocos equipos darán con él.
Pero como aún no está y el Recreativo seguirá notando la falta de pegada, el técnico catalán repetirá el mismo once que ante el Xerez con la tal vez probable incorporación de Alexandre a la titularidad. Ha sido el mejor de la pretemporada y sus ganas de agradar serán clave para aprovechar esa ansia.
La temporada sólo ha hecho más que comenzar, pero peligroso sería no sacar el partido adelante ante un rival de nuestra liga. Esa liga que intuyo jugará el Recreativo para no pasar apuros. Sólo la intuición me mueve a escribir esto, si bien no hay nada más en este momento que me gustaría que mi intuición, no se correspondiera con la clasificación en el mes de mayo.
Ir partido a partido e ir mejorando cosas de cara al futuro, es lo que piensan en el plantel. Ser más fuertes en defensa y contundente en medio campo, son cosas a mejorar. Porque lo de la pegada y el instinto asesino arriba, se da por hecho y todos lo reconocen. En ello está la dirección deportiva para meter en el paquete de jugadores, al nueve titular indiscutible que compita con Berrocal en la lucha por el Pichichi particular entre ambos.
Todo esos posibles escenario deben ser vividos por una afición que en masa debe estar mañana si o si en el Colombino. La ayuda externa es tan necesaria como imprescindible. Ver el Colombino con 10.000 personas es mi deseo que tal vez en su fuero interno, suene a utopía.