Listen

Description

"Nuestra Señora de Palomares".- Marcha de corte clásico dedicada a la patrona de Trebujena

Marcha dedicada a Ntra. Sra. de Palomares (Patrona de Trebujena) de D. Antonio José Pazos Jiménez en la década de 1920. Autor trebujenero que nació en 1894. Marcha recuperada por D. José Ángel Domínguez Valderas.

El 1 de Noviembre de 1894 nace, en la calle Juan Soto, número 11, un artista de pies a cabeza, un melómano consumado. Era hijo de José Pazos Cala y de Micaela Jiménez Pazos, quienes tuvieron otros dos —Juan y Vicente (que fue director de la banda) de gran talla musical, aunque sin llegar a la altura de Antonio.

Siendo niño, estudió las cuatro partes del famoso método de solfeo de D. Hilarión Eslava, con el maestro “Catón”, (director de la Banda de Trebujena hasta el año 1917), detalle muy significativo, que da a entender grandes aptitudes musicales desde su niñez. (Ya sabemos que éste era el método empleado antiguamente para aprender solfeo, pero la inmensa mayoría no sobrepasaban las primeras lecciones de la 2ª parte. Cosa rarísima y llamativa resultaba quién capaz fuera de estudiarlo íntegro, debido a su dificultad).

Más tarde, continuó por su cuenta los estudios de armonía, contrapunto, fuga, composición e instrumentación.

Compuso muchas obras, algunas de las cuales han llegado hasta nosotros; otras, se han perdido, o él mismo las destruyó; acción muy propia de los músicos cuando no están plenamente satisfechos con sus trabajos.

Antonio José Pazos Jiménez

El 1 de Noviembre de 1894 nace, en la calle Juan Soto, número 11, un artista de pies a cabeza, un melómano consumado. Era hijo de José Pazos Cala y de Micaela Jiménez Pazos, quienes tuvieron otros dos —Juan y Vicente (que fue director de la banda) de gran talla musical, aunque sin llegar a la altura de Antonio.

Siendo niño, estudió las cuatro partes del famoso método de solfeo de D. Hilarión Eslava, con el maestro “Catón”, (director de la Banda de Trebujena hasta el año 1917), detalle muy significativo, que da a entender grandes aptitudes musicales desde su niñez. (Ya sabemos que éste era el método empleado antiguamente para aprender solfeo, pero la inmensa mayoría no sobrepasaban las primeras lecciones de la 2ª parte. Cosa rarísima y llamativa resultaba quién capaz fuera de estudiarlo íntegro, debido a su dificultad).

Más tarde, continuó por su cuenta los estudios de armonía, contrapunto, fuga, composición e instrumentación.

Compuso muchas obras, algunas de las cuales han llegado hasta nosotros; otras, se han perdido, o él mismo las destruyó; acción muy propia de los músicos cuando no están plenamente satisfechos con sus trabajos.

Observando las que he podido examinar, me resulta difícil de comprender y casi increíble cómo un labriego ha podido llegar a poseer conocimientos profundos de música.

Sus obras más conocidas, de las que se conservan, son:

“GRATITUD”.- Un pasodoble con una introducción que expone el tema por medio de los instrumentos agudos, para después desarrollarlo en una estructura binaria A-B. Terminando con un “trío” sobrio, pero bien tramado, con un claro motivo que da pie a una amplia frase, compuesta de dos periodos con sus respectivos subperiodos.
“EL CARNAVAL”.- Un pasacalle o marcha brillante, compuesta, como es clásico, en compás binario con ritmo en dos valores desiguales —más largo el primero que el segundo—, con una 1a parte de estructura A-B, bien definidas; y una 2., el trío en la tonalidad de la subdominante, de igual forma.
“EL MOLIO”.- La mejor de sus obras. Un pasodoble precioso, de rica línea melódica encuadrada en el corte tradicional clásico, con una breve introducción y una 1 a parte en tono menor de melodía muy flexible, con la estructura binaria A-B (34); y una 2 a parte en la que repite la introducción, preparando el trío, que no es sino una reexposición continua de la 1ª parte, pero en la tonalidad relativa mayor.
"Nuestra Señora de Palomares".- Marcha de corte clásico dedicada a la patrona de Trebujena

Aunque no obtuvo “premio”, llegó a presentarse a varios concursos de composiciones para Bandas, celebrados en Valencia. Cosa que no es de extrañar, conociendo el número elevado de músicos profesionales que solían concurrir a estos certámenes con sus respectivas obras. Pero ya es mérito competir con compositores de alto rango.

Hubiera necesitado salir de Trebujena, conocer los ambientes musicales, asistir a Conciertos, mantener contactos con los mejores músicos de la época, etc. Pero su extraña y recluida vida se lo impidió. Escondido en un soberado vivió, y allí murió.