Punto 3 – EL PATIO DE ARMAS
El patio de Armas es un recinto de tipo militar y destinado a la protección de la ciudad.
En este lugar se instalaba la Guardia Real durante las 24 horas del día de manera que el acceso principal al recinto amurallado estuviera siempre bien salvaguardado.
Los soldados se refugiaban bajo las arcadas, donde también encendían fuego para calentarse.
Aquí se estableció el primer mercado hippy de toda la isla y actualmente sirve de escenario para el mercado medieval que se celebra en la isla en honor al nombramiento de Ibiza como Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Los hippies
Los hippies eran mayoritariamente estadounidenses desertores de la Guerra del Vietnam que tuvo lugar entre finales de los sesenta e inicios de los setenta. Muchos de ellos tenían estudios universitarios y eran de buena familia. Su filosofía de vida les hacía vivir del día a día, lejos del materialismo. Generalmente vestían ropas de tejidos naturales, muy usadas y viejas. También lucían grandes melenas y barbas. Vivían en comunas en medio del campo o en casas que alquilaban, donde lo compartían todo, y prodigaban el amor libre y universal. También los caracterizaba su peculiar uso de las drogas, con las que según ellos, podían expandir su conciencia hasta llegar a explorar otros mundos. Con estos elementos, iniciaron un movimiento cultural, filosófico , social y musical.
Los isleños de aquel momento aún vivían en un ámbito rural y tradicional, pero su carácter hospitalario hizo que aquella gente convirtiera la isla en un mito hippie alrededor del mundo. La imagen de libertad y tolerancia que dieron a Ibiza nos ha llegado hasta hoy.
Fueron los hippies quienes en los años ’60 empezaron a vender pequeños trabajos de artesanía entre estas arcadas. Así podemos considerar que este lugar fue el precursor de los actuales mercadillos hippies del Puerto, de Es Canar i de Ses Dalies.
Acabada la guerra, EEUU se sumió en una crisis económica y social de la que tardaría tiempo en recuperarse.
Con todo, el movimiento acabó no sin haber dejado una importante marca en el siglo XX.
Ahora ya nos podemos dirigir hacia la puerta que ves al fondo, y que te conducirá a la Plaza de Vila.
Esta puerta, con forma de arco, está coronada por una cruz de piedra. En la salida de las ciudades medievales se colocaba una cruz, para que sus ciudadanos y sobretodo sus soldados se pudieran encomendar a Dios antes de su salida hacia un posible peligro.
Ahora ya podemos traspasar la puerta para acceder a la Plaza de Vila.
Pulsa pause.
Una vez estamos en la Plaza de Vila volvemos a girarnos hacia la puerta.
A nuestra derecha tenemos una estatua romana similar a las que se encuentran en el Portal de las Tablas. Representa a Lucio Oculacio.
Después de dar una vuelta por la Plaza de Vila, que también visitaremos a la vuelta, seguiremos nuestro recorrido por el callejón que sube por al lado de la estatua.
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Sube por este callejón y llegarás a una calle más ancha. Tienes que seguir hasta llegar, a mano derecha, a una estatua sedente de bronce.