El sufrimiento es inevitable.
Esta es una afirmación, una realidad.
Como enfrentamos el sufrimiento es lo que cambia nuestra manera de ver la vida.
Todos perderemos seres querido en el camino, y ese tipo de sufrimiento, trae un dolor con el cual hay que aprender a vivir, para lograr sobreponerse sin perder el rumbo y sentido de la vida. Por ello es muy importante *encontrar propósito más allá de las personas o las cosas*. De eso hablaremos mañana.
En el mundo vamos a tener aflicción, y solo por medio de la fe, creyendo las promesas de Dios, podremos vencer la depresión que está al acecho, buscando que nos tiremos a dormir, o evadir la realidad con vicios destructivos.
En 2012 se prendió fuego la casa en la que vivía. Antes perdimos la casa comprada por credito, ya que me despidieron de la empresa en la que trabajaban. Mi hijo cayó de un árbol a más de 3 metros, gracias a Dios solo se quebró el pie. En 2014 nació mi niña con síndrome de down, algo inesperado. La cesárea fue de urgencia, el dolor que produce no se lo deseó a nadie. En 2015 se fue de casa el papá de mis hijos, cuando había que operar del corazón a la pequeña, quien se salvó milagrosamente.
En 2016 me operaron a mi.
En 2017 un accidente podría haberse llevado la vida de mis hijos y la mía, pero otro milagro ocurrió.
Luego, en enero de 2018, una moto, levantó en el aire a mi hija mayor, pero una vez más, Dios la guardó.
Y la lista sigue. Siguen los problemas, el sufrimiento, y la manifestación del poder cuidadoso de Dios también.
Confía en quien venció el mundo, teniendo por sumo gozo estar en diversas pruebas, ya que ellas producen paciencia. Entendamos que si amamos a Dios, *TODO* nos ayuda a bien, para fluir con paz, afrontando el sufrimiento de la mejor manera.
No bajes los brazos. Recuerda que es una carrera de resistencia y no de velocidad. Gana la batalla de la mente para perdonar, amar y vencer.
