Eclesiastés 3:1 Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo.
Tengo 39 años. Soy mamá de 3 hijas y 1 hijo. Mi niña más pequeña de 4 años tiene síndrome de down. Estoy divorciada y vivo con mis 3 hija en Neuquén, Argentina.
Tengo una relación con Dios desde muy pequeña. Leí la Biblia de tapa a tapa en mi adolescencia y memorice muchos textos.
Aprendí, con el tiempo, muchas cosas que me gustaría compartir con vos
A) Hay una gran diferencia entre prueba, tentación y consecuencia de pecados
Tienes que tener discernimiento para diferenciarlas. Por ejemplo: una enfermedad puede ser una prueba, pero también una consecuencia y seguramente serás tentado en medio de ella.
La tentación viene de parte del enemigo, busca hacernos pecar.
La prueba la permite Dios para fortalecer nuestra paciencia, buscando que seamos perfectos y cabales, aumentando nuestra fe.
Y las consecuencias, son circunstancias o cosas que nos tocan enfrentar a causa de nuestras acciones del pasado.
Estos últimos años enfrente una gran tormenta, con los 3 condimentos. Gracias a ello aprendí:
1. A tener paciencia, hay un tiempo para todo
2. Aceptar lo que no puedo cambiar, aprendiendo de ello para no cometer los mismo errores
3. Resistir la tentación. Poner en práctica la palabra aprendida es fundamental para ganar la BATALLA DE LA MENTE. Pensar bien, es actuar bien
4. Saber que no soy perfecta, y por ello me equivoco. La gracia, el perdón inmerecido, la misericordia diaria, es imprescindible para la santidad y purificación
Los procesos llevan tiempo, pero son necesarios.
Mañana seguiremos con el punto B:EL SUFRIMIENTO ES INEVITABLE