Ayer iba manejando, hablando por el alta voz, atenta a lo urgente del camino. Semáforos, peatones, otros vehículos. Cuando reaccioné, me había pasado algunas cuadras. Perdí de vista el destino.
Así nos pasa muchas veces en la vida. Atentos a lo de cada día, la rutina, el trabajo, lo que no puede esperar, perdemos de vista la meta.
¿Cual es tu objetivo en la vida? ¿Como te ves en un futuro no muy lejano? ¿Que estás haciendo para que eso suceda?
No te desenfoques. Si te distraes, te pierdes. Recuerda que el que no sabe a donde va, puede terminar en cualquier lado.
El Espíritu Santo dentro tuyo, es la voz más fuerte a la cual debes oír y obedecer, para no equivocarte de camino.
Nueva Traducción Viviente
Gálatas 5:16. Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.
Que hoy sea un gran día! Eso depende de vos.
Bendiciones
