17 de enero de 2020 - La gótica catedral de Amiens, en Francia, está de fiesta: cumple 800 años. Visitándola, en cierta ocasión, el poeta y ensayista alemán del siglo XIX, Heinrich Heine, en compañía de un amigo, éste permanecía absorto ante ella. Y habiéndose recuperado de la aguda impresión producida por la visión de aquel extraordinario templo de los siglos XIII al XV se dirigió a Heine y le preguntó si sabía la razón por la que no se levantaban ya obras como la que se erguía ante ellos. El escritor respondió: «Los hombres, en aquellos tiempos antiguos, tenían convicciones; nosotros, los de hoy, sólo tenemos opiniones, y, para erigir una catedral gótica, se precisa de algo más que una mera opinión». En efecto, para construir algo grande, elevado y consistente son necesarias muchas cosas, o puede que pocas, pero las que sí resultan imprescindibles, para ello, son las convicciones.