2 de octubre de 2020 - El pintor mallorquín Miquel Barceló no ha desaprovechado ni una sola ocasión de cuantas se le han presentado para declararse ateo. Ha confesado, sin embargo, en una publicación reciente, que fue, en el Museo del Prado, admirando la obra de Bartolomé Bermejo, en donde cayó en la cuenta de cuán imprescindible es conocer la iconografía cristiana para saber de dónde venimos y quiénes somos. Y hemos de aprender, prosigue Barceló, hemos de aprender a mirar esas tablas en las que los artistas han pintado las figuras de Jesucristo, la Virgen María o los santos, para descubrir en ellas lo que no se ve, una realidad que está más allá de la apariencia de las imágenes, un Misterio ante el cual solo cabe reconocer, cuando comienza a manifestarse, que es mucho más lo que no sabemos que lo que sabemos.
