9 de octubre de 2020 - En su última encíclica, “Fratelli tutti”, el papa Francisco ha descrito, en pocas líneas, lo que él denomina “pedagogía mafiosa”. Es la de aquellos que, exhibiendo una falsa mística comunitaria, crean vínculos difícilmente rompibles de dependencia y de subordinación entre las personas que se sienten solas, inseguras y abandonadas por el sistema. Se autoproclaman “protectores” de los olvidados, a los que les ofrecen ayuda a cambio de que se avengan a sus intereses. Y es éste un patrón de conducta, que, sin delinquir, puede darse incluso en nuestro más allegado círculo de relaciones.