“1589.6) 141:3.5 Jesús de Nazaret era en verdad una personalidad fuerte y enérgica; era una potencia intelectual y una fortaleza espiritual. Su personalidad no atraía solamente, entre sus discípulos, a las mujeres propensas a la espiritualidad, sino también al culto e intelectual Nicodemo y al endurecido soldado romano, el capitán que estaba de guardia en la cruz, que después de ver morir al Maestro, dijo: «En verdad, era un Hijo de Dios.» Y los enérgicos y robustos pescadores galileos le llamaban Maestro.