Es indudable que las últimas noticias respecto al coronavirus no pueden ser mejores, por primera vez en lo que llevamos del Estado de Alarma, no se ha producido ningún fallecido, y eso sin duda es una gran noticia, alentadora y esperanzadora. Bien es cierto que las cifras son cambiantes, que algunos días se rectifican, que otros las comunidades autónomas no informan, o que se producen retrasos, pero aún así creo que sigue siendo la noticia esperada y deseada, ahora ya sólo queda esperar esa otra noticia que diga, que ya no hay ningún infectado.
Sin embargo el clima percibido al encender el TV, leer la prensa, es bien distinto, es bastante negro, enrarecido, enaltecido, crispado.
La mazmorra de la política, nos ofrece cada día su ya más aterradora cara de la desvergüenza, de los encontronazos, de la violencia dialéctica y verbal, la chusma más barriobajera, que bien podría representar a lo más granado del hampa poligonero, a pesar de su más alta alcurnia, de sus títulos nobiliarios, de sus doctorados, de sus licenciaturas académicas y demás.
Todos unidos por el mismo rasero, el de la confrontación, el de la división, el de la falta de unión. Y es que como reza el eslogan: El pueblo unido jamás será vencido. Y si ellos representan al pueblo, entonces jamás podremos vencer, ni a un virus, ni al fantasma del paro, ni a nada…
Por el contrario me surge la duda de que realmente no representen al pueblo, pues yo siendo pueblo (o parte de el) que narices me importa “Si el uno es hijo de un terrorista o hija de marqués” que me importará a mi “Esa dialéctica bajuna” que forma parte parte de vuestro ámbito personal y que para nada tiene que ver con los problemas reales del pueblo.
“El hijo y la hija de” van con sus palabras a conseguir que la factoría de Nissan no cierre?. Esa debería ser vuestro cometido, para eso es para lo que os paga el pueblo… para solucionar problemas, no para airearlos en ese espacio público (más parecido a un circo romano) que llamáis parlamento.
Lo lamentable del asunto es no darse cuenta, que vuestra crispación se traslada a la sociedad y el enfrentamiento se traslada a la calle, justo en el peor momento. Pues un buen gobierno debería servir de ejemplo a u pueblo.
No vimos venir el virus cuando los amigos Chinos gritaban “Que viene el lobo…” y no somos capaces de leer entre líneas lo que podría representar un descontento social en un contexto postcoronavirus, a las puertas de la mayor crisis económica que se avecina, tal y como está sucediendo en Estados Unidos.
RUISEÑOR
Hace unos meses leí la novela “Matar a un ruiseñor” la emblemática obra de la escritora americana Harper Lee, ganadora del premio Pulitzar. El fragmento que acabais de oir de la magnifica adaptación cinematográfica de Robert Mulligan y protagonizada por Gregory Peck en el papel del abogado Atticus Ficnch.
Qué es lo que ha pasado? Es solamente una protesta por la cruel e injusta muerte de un ciudadano de la comunidad negra? Es cierto que este contexto no se puede obviar, y hay que reconocer que la sociedad americana tiene escrito en su ADN una lucha de clases, entre blancos y negros, un pasado esclavista que alcanza hasta el sigo XX con Martin Luther King.
Pero detrás de las revueltas hay algo más. Hay un sistema sanitario, practicamente inexistente, un indice de paro nunca conocido, efectos secundarios derivados del confinamiento. Descontento social con la política, una falta de identificación social con sus líderes. Un enfrentamiento político cada vez radicalizado, un gobierno tendente al autoritarismo.
Revueltas, concentraciones, manifestaciones, caldo de cultivo podría retroalimentar al virus y que su vez provocaría más recesión, todo un peligro y una bomba de relojería.
No escuchamos al pueblo chino, deberíamos al menos mirar y pensar en lo que está pasando en EEEUU.
Bueno y entre las noticas de la política se cuela alguna que otra que es bastante inquietante, y es que el INE, el Instituto Nacional de Estadística ha publicado un informa donde indica que estima que este año han muerto 44.000 personas más que el pasado hasta el 24 de mayo. El crecimiento de defunciones alcanza el 24%.
La relación con la crisis del coronavirus es clara. Este exceso de defunciones se concentra en los meses de marzo y abril, cuando la epidemia estaba en su pico en España. De hecho, si se eliminan las primeras semanas del año, en las que la mortalidad fue parecida y se toman solo las de los 2 meses de mayor impacto se ve que el aumento de la mortalidad es de alrededor del 50%.
También tenemos a un ministro al borde de la dimisión, no por su propia iniciativa (eso en España no suele pasar, es muy excepcional); el mismo se ha puesto a los pies de los caballos. Qué necesidad había de montar todo ese tinglado en pleno estado de alarma, esas mismas que días antes comparecían junto a vosotros como responsables de la gestión admirable de la emergencia días después ya no gozan de confianza. Todo apunta a que a mentido o algo peor, injerencia…
Parece ser que planeamos ya sobre la tercera fase, la antesala dorada de la nueva normalidad
Pronto tendremos ya encuentros en la Tercera Fase en Pubs y discotecas de puertas abiertas que acabaran convirtiéndose mucho me temo en “Encuentros en la Tercera Desfase”; y es que parecen verdaderos marcianos cuando nuestros gobernantes apelan a la responsabilidad individual, algo así como un me lavo las manos, que risa la responsabilidad individual del Español….No habéis visto ese meme que circula en la redes sociales en el que sale un Gremlim y dice ¿Os imaginas darle un Kremlin a un Español y decirle?: sólo tienes que seguir 3 normas.
Y hasta aquí Diario de un Confinamiento en su edición semanal, en esta ya cuarta semana. Vamos a por la quinta. Ya queda menos. Nos vemos