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NTV
Respóndeme cuando clamo a ti,
oh Dios, tú que me declaras inocente.
Libérame de mis problemas;
ten misericordia de mí y escucha mi oración.
2 ¿Hasta cuándo, señores, arruinarán mi reputación?
¿Hasta cuándo harán acusaciones infundadas contra mí?
¿Hasta cuándo seguirán con sus mentiras? Interludio
3 De algo pueden estar seguros:
el SEÑOR ha separado para sí a los justos;
el SEÑOR me responderá cuando lo llame.

RVR 1960
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia.
Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar;
Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
2 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia,
Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah
3 Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí;
Jehová oirá cuando yo a él clamare.

NVI
1 Responde a mi clamor,
Dios mío y defensor mío.
Dame alivio cuando esté angustiado,
apiádate de mí y escucha mi oración.
2 Y ustedes, señores,
¿hasta cuándo cambiarán mi gloria en vergüenza?
¿Hasta cuándo amarán ídolos vanos
e irán en pos de lo ilusorio?*Selah
3 Sepan que el SEÑOR honra al que le es fiel;
el SEÑOR me escucha cuando lo llamo.

Comentario bíblico
Respóndeme por tu misericordia, es nuestro mejor ruego. El que no pida bendiciones como el perdón, la justificación y la vida eterna, debe perecer por falta de ellas. ¡Ay!, que tantos hagan una decisión tan terrible. El salmista advierte contra el pecado. Guardad con santa reverencia la gloria y majestad de Dios. Vosotros tenéis mucho que decir a vuestros corazones, habladles, que no os quedáis sin decirlo. Examinaos con seria reflexión; que vuestros pensamientos se ajusten a lo bueno, y se mantengan cerca de eso. Considerad vuestros caminos y antes de iros a dormir por la noche, examinad vuestra conciencia sobre lo que han hecho en el día; particularmente lo que hicieron mal, para que os arrepintáis. Cuando os despertéis en la noche, meditad en Dios y en las cosas que convienen a vuestra paz. Debemos considerar nuestros caminos particularmente cuando estamos enfermos. Callad. Cuando hayáis preguntado algo a la conciencia, quedaos serios, callados, esperad una respuesta. No abráis la boca para excusar el pecado. Toda la confianza debe ponerse en la gracia gratuita de Dios, que por la sola fe justifica al verdadero convertido: por tanto, después de ordenar los sacrificios de justicia, el salmista dice: Confiad en Jehová.