Mi esposa y yo habíamos salido temprano a caminar. Más tarde, ella se fue a hacer las compras del domingo y yo me quedé a solucionar unos conflictos técnicos de mi trabajo. Cuando terminé, me quedé dormido. “Eres hermoso, te veo precioso”; con esas palabras y un beso, mi esposa me despertó de un corto sueño cuando regresó de hacer las compras.
Esa expresión no es más que sustento para el crecimiento de nuestro amor. Y no resiste análisis, porque dentro de los estándares de belleza no me considero hermoso, ni mucho menos precioso. Pero también es cierto que el concepto de hermosura es debatible en todo aspecto; porque no existe un parámetro básico para determinar la hermosura de algo o alguien. Por eso Dios, en su perfección, nos hizo a todos hermosos para alguien. Muchas veces vemos parejas que, según nuestro criterio, son disparejas, y es justamente porque nosotros no las vemos con el amor que sienten el uno por el otro.
Cuando mi esposa se acercó hoy y me dijo al oído "eres hermoso, te veo precioso", mientras me despertaba con un beso, entendí cuánto amor siente por mí. Yo no pude dejar de sonreír por dentro, porque ella me ve precioso. Es decir, que sus ojos perciben una realidad diferente solo porque me ama.
Este año cumplimos 17 años juntos. Pero para mis ojos, ella sigue siendo igual de hermosa y preciosa que cuando la conocí, aunque hoy tenga marcas en su cuerpo. Marcas que evidencian su amor, ese amor que a las mujeres las convierte en únicas cuando alojan a un hijo en su vientre.
Cuando la conocí, no sabíamos lo que significaban los kilos de más. Yo tenía pelo en la cabeza y pesaba 70 kilos. Ella no sabía lo que era tener una cana en su cabeza, y su abdomen era el de una adolescente de 17 años.
El tiempo pasó y con su paso fue fortaleciendo lo que una vez nos unió; al punto en que hoy nos seguimos viendo con esos ojos: los ojos del amor, que ven más allá de lo que para cualquier otro serían imperfecciones.
Aunque nosotros hayamos cambiado, la manera en que nos miramos nunca cambió; simplemente porque el amor es perfecto, es “hermoso y precioso”.