Cuando alguien me vende éxito, inmediatamente le pregunto como le va con el éxito. Os aseguro que muchos arrugan la cara porque es muy fácil querer arreglar las vidas ajenas sin haber arreglado las propias primeramente. Es una lastima que los que de verdad pueden ayudarnos y guiarnos estén tan dispersos entre toda esta hojarasca de falsos ayudadores y repartidores de abundancia. No permitáis que nadie os lleve a ningún sitio donde el no haya estado. Y menos pagando. PASCUAL GIRONS.