Reflexión del Dr. Gumersindo Meiriño Fernández sobre Basilio
Tenía ochenta y tres años. Vivía en una pequeña ciudad del Chaco. Desde hace varias decenas convivía con un tumor maligno que le habían diagnosticado como mortal. Los años pasaron, el cáncer decidió pararse y él llevó una vida normal. Tan normal que uno de sus disgustos, ocasionados por la edad y el desgaste físico, fue tener que dejar, los últimos meses de su vida, una de sus compañeras inseparables, la bicicleta. Su esposa venía desde hacía algunos años insistiendo en que, a su edad, no podía andar en la bicicleta, que era muy peligroso, que había muchos autos, que ella no se quedaba tranquila. Una de las últimas conversaciones que tuve con ella me pidió, —“por favor, dígale usted que no ande más en bicicleta, a usted le hará caso, me preocupa mucho”—. Yo, no sé si hice bien o mal, pero olvidé ese tema aunque hablamos bastante rato. Porque Basilio era vital, alegre, dinámico, curioso …. Conversamos de tantas cosas. Entre ellas del Reiki.