EL FRACASO, Reflexión del Dr. Gumersindo Meiriño Fernández.
Tiene veinte años. Su mirada es limpia, de niño, con alguna picaresca propia de su tierna edad. Pero, como suelen decir, esto de la juventud y la inexperiencia es “una enfermedad” que se cura con el tiempo. Arnaldo es la primera vez que ejercita su profesión. Pone manos en la masa y empieza con mucha ilusión que intenta esconder detrás de su timidez y de su corta edad. Pero empieza. Reparte los pedidos. El mismo se da cuenta de que no va. Pone el corazón, toda su voluntad, se levanta temprano, se esfuerza, toda la familia “le echa una mano”. Agotado, un poco triste termina su labor porque no le ha salida nada bien. Agotado y triste se lava las manos y se encierra en su habitación…, mientras escucha una voz queda en su mente, “esto es un fracaso, no sirvo para nada”.