El poder de la oración
Hoy en día la oración es algo que apenas cuenta para el común de los mortales. Más si estos han tenido como lugar de residencia países occidentales, en los cuales el bienestar social ha aumentado más que en otros.
El otro día Atilano comentaba: ? Cuando me pidieron que rezara una novena, pensé que me tomaban el pelo. Llevo años con un problema de familia y no sé cómo salir de él y entre las indicaciones que me dieron fue esa: hacer una novena.
Pues bien, ahora le puedo decir, dio resultado. Después de tanto tiempo mis hijas vinieron a hablar conmigo. Me dijeron todo lo que pensaban de su madre, de su padre, ?que soy yo?, de la situación de nuestra separación. Lloraron mucho. Yo también tuve muchas ganas de llorar. Luego hablé con mi ex?esposa. Hablamos bien, después de muchos años de peleas y discusiones. Nos sinceramos y dejamos abierta la puerta para terminar algunos asuntos que llevaban años, decenas, enquistados, sin aparente solución.
Después del diálogo con mis hijas y su madre, llegué a casa y rompí a llorar desconsoladamente, no sé cuánto tiempo. Me puse de rodillas y recé de nuevo las oraciones que había aprendido los últimos meses y las que recordaba de niño, las cuales siempre pensé que eran totalmente inútiles. Mis rezos se mezclaban con las lágrimas. Cuando me levanté di gracias a Dios por el milagro que sucedió en mí y en mi familia.
Ahora sé que fue por el poder de la oración.
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Dr. Gumersindo Meiriño Fernández
