Prepararse para la Navidad
Las grandes fiestas tienen un tiempo de preparación. Pienso en esta realidad mientras veo unos camiones en medio de la calle, que están colocando las luces porque se acerca la fecha de la Navidad.
La Navidad, como todos sabemos, es una de las fiestas más entrañables, alegres y, paradójicamente, para algunas personas de las más tristes. De cualquier forma, parece que el ambiente humano es más cálido, más cercano, más positivo…, menos cuando a alguno-a se le ocurre comentar lo que cuesta la cesta navideña, la compra. Ya se sabe que los agoreros y los defensores de lo negativo se abajan en estas fiestas, pero no desaparecen del todo.
Por eso en tiempos previos a las celebraciones es recomendable prepararse. Si es bueno dedicar un tiempo a “adornar” el corazón, la mente y también lo físico y lo espiritual
Con respecto al corazón y a la mente es bueno recordar iras, enojos, envidias, rencores, peleas…., y otras basuras que llevamos cargando. Sin ir muy lejos basta con un año hacia atrás e ir desechando o ir viendo qué acciones son adecuadas para limpiar mente y corazón. Disculparse, disculpar y aceptar la disculpa de los demás. También es bueno mirar por el espejo retrovisor y mirar de forma pasajera de todo lo positivo que hemos vivido, lo grandioso que es poder disfrutar de la vida y de cada pequeño momento.
(...) Gumersindo Meiriño Fernández
