Estos últimos días me he encontrado con Rufo que me cuenta emocionado:?No sabe la alegría que me han dado esta semana. Me encontré con uno de mis ex-alumnos que me dijo: “aunque Ud. no sepa, yo y muchos jóvenes le debemos el hecho de haber aparecido en nuestras vidas en momentos de juventud, en medio de muchas propuestas, para enseñarnos a iluminar nuestras vidas con la luz del Evangelio. Le habremos costado caro, porque algunos éramos bastante cabezas duras, jejeje.”.
?Estuve pensando, seguía Rufo compartiendo su experiencia? lo que me pasó con este joven, fueron semillas que esparcí hace años, semillas que sin saberlo, dieron frutos, y que Dios me hizo verlos en este joven, me hizo saberlo, ahora, hoy, más de diez años después.
Las buenas semillas esparcidas en la tierra preparada dan frutos abundantes.
Mira la naturaleza, la Pacha Mama. Luego observa tu vida, la simiente que vas dejando caer, que vas sembrando a lo largo de la vida, con tus palabras, tus gestos, tus pensamientos, tus respuestas,…., y mira otra vez a la Pacha Mama… La madre naturaleza es sabia. De semillas buenas, caídas en tierra fértil, brotan los buenos frutos.
Y, recuerda: eres un sembrador de semillas.
Gumersindo Meiriño Fernández
