Desde bebé Nacho acompaña a su familia al aeropuerto. Es un niño simpático y curioso. Va con sus dos hermanas, su papá y su mamá. El padre sube al avión. Se va a trabajar al Sur, embarcado varios meses. Los cuatro se quedan llorando observando. A los tres meses se repite la historia. Solo que ahora esperan gozosos, en el aeropuerto, dando saltos y esperando que papá baje del avión pues viene a pasar unos días a casa, en familia.
Un buen día, en la escuela, le preguntan: -Nacho, ¿tu papá de que trabaja?
-Mi papá, -responde el niño convencido- trabaja en un avión.
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Gumersindo Meiriño Fernández